El Monstruo de Amstetten
El caso de Josep Fritzl conmoció a Austria y al mundo entero. Fritzl secuestró y violó durante 24 años a su propia hija (Elisabeth) en un zulo que construyó debajo de su casa y del que sólo él tenía la llave. Tuvo 7 hijos con ella y la tortura acabó cuando una de sus hijas/nietas se puso muy enferma y Elisabeth le convenció para llevarla al hospital. La niña llevaba una nota en el bolsillo donde se descubría el horror al que las había sometido 'El monstruo de Amstetten".
La familia Turpin
Los Turpin eran aparentemente una familia feliz que presumía de su vida en las redes sociales. Sin embargo, lo que la policía encontró al entrar en su casa estaba muy lejos de la felicidad: 13 hermanos de entre 2 y 29 años a los que sus padres encadenaban a los muebles, les sometían a palizas y estrangulamientos y les prohibían bañarse más de una vez al año. Todo ocurría en un chalet de clase media de California en cuyo vecindario nadie pensaba que pordrían hacer una cosa así.
Padres de Asunta Basterra
En España no nos libramos de casos tan espeluznantes con el de la niña Asunta Basterra. Fue asesinada por sus padres adoptivos (ella era de origen chino), Rosario y Alfonso, sin que aún hoy se conozcan los motivos (si es posible que los haya). Asunta fue drogada con pastillas de orphidal, asfixiada en su propia casa y abandonada en el campo, donde encontraron su cádaver.
Breivik: tiroteo en el campamento de Noruega
El 22 de julio del 2011, Anders Breivik entró armado en el campamento estudiantil de la isla de Utoya (Noruega) y disparó sin discriminación, dejando 77 muertos y un centenar de heridos, muchos de ellos adolescentes. Breivik se disfrazó de policía para pasar todos los controles de seguridad y perpetró, dos horas antes del tiroteo, una explosión en el centro de Oslo. El autor de este atentado solía manifestarse en internet contra la sociedad multicultural y simpatizante de la ideología nazi.
Iria y Raquel, las 'Brujas de San Fernando'
Iria y Raquel son dos adolescentes que, en el año 2000 -cuando tenían 16 años-, asesinaron a su amiga Klara García para saber lo que se sentía matando. Le asestaron 32 puñaladas, la degollaron y, posteriormente, abandonaron su cuerpo en un descampado. Iria y Raquel le mandaban cartas al asesino de la catana porque querían ser famosas como él. Y vaya si lo consiguieron.